Me resulta difícil
definir esta hermosa localidad; sobre todo porque solo he podido
disfrutar de una pequeña parte de este trozo de Guipúzcoa, bañado
por el mar, y cuya esencia es la historia de sus habitantes de este y
otros tiempos que han dejado como herencia un montón de virtudes que
si bien no son exclusiva de este rincón, aquí, florecen cada día.
Tengo una sensación
extraña de las pocas horas que he disfrutado aquí, pero sobre todo,
profundos sentimientos, en parte a causa de mis orígenes, pero sobre
todo porque uno no espera de gente que no te conoce de nada un
recibimiento tan familiar, tan entrañable, e incluso no ya que te
abran las puertas de su casa, sino los portones de su “sociedad”.
No es de extrañar pues,
que hasta mi querido Pío Baroja eligiese Zumaya para reponer fuerzas
y fermentar futuros proyectos. Hasta el gran Belmonte toreó aquí (y
en más de una ocasión), sin cobrar una peseta, ¡por algo lo
haría!.
Veníamos, unos a correr
y otros a ver correr; ya me habían hablado de esta carrera, de su
excelente organización, del cuidado exquisito de cada metro de
terreno, de los voluntarios (zumayanos y de otras
localidades), de una marcación requeterepensada, y
repasada; comprobando incluso horas antes (menudo
madrugón), que cada baliza esté donde debe; pues los que
están en esto, saben que planificar es sencillo, pero los
imponderables surgen como setas tras unos días de lluvia y hay que
estar en todo y a todas si no quieres que nada enturbie muchos meses
de trabajo. Al final siempre habrá algún descontento; como dice en
uno de sus chistes el creador de Mafalda “nunca falta alguien
que sobra”.
El domingo, muchos han
seguido los pasos de un hombre sencillo, pero muy a menudo acusado de
valiente; hoy han sudado la camiseta muchos José María Zubía,
tanto en versión masculina, como femenina por supuesto.
El tiempo se preveía
complicado, la humedad y el calor unidos a la dificultad de un
recorrido que sin ser puramente montañero, se sabía exigente y muy
interesante sobre todo para aquellos que quieren dar el paso a cosas
más serias; logró en dos minutos lo que en otras pruebas ocurre
tras unos cuantos kilómetros; que el sudor, como una lluvia nacida
de dentro a fuera, se desparramase por las camisetas, solo tras los
primeros pasos.
No hay más que ver las
fotos de la última subida próxima a los acantilados de Itzurun,
para comprobar que el recorrido no era un paseo. A veces grupos de
animadores como los que yo tenía a mi lado, dan un tono festivo y
agradable que consiguen arrancar una sonrisa hasta al más fatigado
de los corredores. Me recordaban, a otro grupo que acompañaba de vez
en cuando a uno de nuestros más grandes de otro deporte extraño
como es la marcha atlética, Mikel Odriozola, que supongo les tendrá
aún, entre sus recuerdos.
Hay muchos culpables para
que esto haya sido un éxito rotundo, y muchos patrocinadores
deberían tomar nota; y si no que echen un vistazo a las fotos y
cuenten la cantidad de publicidad que aparece en tantas y tantas
camisetas y su repercusión en los medios modernos. Desde luego el
que escribe volverá de nuevo a probar beneficiosas y cálidas aguas
de Zumaia.
Sirva el nombre de unos
pocos para recordaros a todos:
Txolín, Txolo ó
Iñigo como se le conoce extramuros, fue el primer culpable y
personalmente le estoy sinceramente agradecido; pero otros han dejado
también un extraordinario recuerdo, como Ramón, Luis o Jon, con los
que pude compartir conversaciones profundas por lo sencillo, por lo
humano, y lo cercano.
A Luis le pido algo
que reconozco es muy complicado; que haga caso a su Padre, pues no
hay muchos que valoren más el esfuerzo que el éxito; pero sobre
todo que sepa madurar a su sombra, con calma, mucha calma.
A su padre que siga en
la misma línea, disfrutando de la vida sin ruidos.
A Jon que continúe
así y que siga haciendo posible que esa persona que le acompaña a
menudo, siga siendo tan humilde y tan enorme como hasta ahora.
A Iñigo, que siga
disfrutando de sus madrugadas, que no deje de planificar nuevos
retos, y que sepa que puede venir a cobrar esta deuda que he
adquirido con placer, cuando lo considere oportuno.
Aquí podreis ir descargando las fotos de la carrera: