RINCÓN POR RINCÓN: LEÓN

RINCÓN POR RINCÓN:  LEÓN
La catedrál y al fondo montes nevados

24 mar 2013

ENTRENANDO POR LOS MONTES DE CASTROCONTRIGO

Crónica de mi primer trotabuhos. 


Estoy fundido, molido, derrengado, hecho una caca; esta era la introducción de uno de esos libros que comienzas pero nunca terminas y que me vale para reflejar como me encuentro hoy.

Tengo el estómago hecho puré, y el cuerpo como adormecido, no es dolor, es como un “ser y no ser”, un “sentir y no sentir”; y para colmo como ya vaticinaba ayer noche, no he pegado ojo.

Pero vayamos a los comienzos, pongamos orden:

Hace unas semanas el amigo Santiago me invitó a lo que él llama “trotabuhos”; que consiste en correr por el monte de su pueblo y cuando la cosa se empina mucho, pues caminas.

Lo primero, siempre es lo primero, de modo que le di al “on” de mi ordenador y tras algunos intentos, conseguí varias respuestas a mis preguntas. La pregunta era ¿que hay que tomar cuando se sale por la montaña a correr?, y las respuestas bastante similares todas ellas venían a decir más o menos: “yo me tomo un gel cuando veo que decae la cosa y si me duele algo un “enantyum” de cuando en cuando ; con eso y alguna barrita, no hay montaña ni distancia que se me resista.”

Al día siguiente ya tenía yo los geles, las barritas y los antiinflamatorios en la mochila; además de, unas ampollas de no se que y el “farmatón” para tomar durante unos días antes; de modo, que volví a casa con los bolsillos vacíos, pero más contento que un mochuelo.

Por la información que me habían pasado la cosa rondaría los 12kms más o menos (al final venció el más sobre el menos), de modo que contaba con ser capaz de finalizar con éxito el reto.

Llegó el día y me las apañé para ir con uno del rollo de Santa Ana; ¡menuda mierda de coche!, y el tío venga a contar películas, mientras, yo pensando que a ese ritmo no llegábamos, y el otro dale que dale, que si no pasas de 80km/h te ahorras una pasta y que si las suspensiones sufren un 70% menos; eso si la calefacción a tope que me dio por abrir la ventanilla y menuda la que me cayó.

Llegados a Castrocontrigo ya andaba por allí la peña entre risas y bromas y en un plan, como de ir al baile, que a mí, sinceramente me acojonó tanto que ya me tuve que tomar el primer gel.

El amigo Santi, que cuando habla es como el Gala, pero un poco más bestia; pidió atención a grito pelao y para cuando terminó la arenga, estaban todos los vecinos del pueblo asomados al balcón.

Que si se nos pierde alguno, que barro aquí y allá, que si una pequeña destrepadita, un pequeño desnivel donde había que ir con cuidado y no se que de meternos en la huerta de un vecino.

Se suponía que la cosa era en plan suave, pero ¡coño!, al cruzar la primera esquina, ya estábamos todos en fila de a uno; evidentemente, yo viendo el percal, me metí otro gel por si las moscas.

Ya antes de salir del pueblo, la cosa se puso exigente; de modo que antes de que la cosa fuera a mayores ¡zas! otro gel pal coleto. Salimos del asfalto y decir que todo quisque llevaba su frontal, es mucho decir, porque de repente apareció una luz por la derecha, que por un instante pensé que era el bus de las doce; menudo susto; más tarde me dijeron que era un tal badanas.

Estábamos ya por el primer kilómetro y creía conveniente chuparme el primer enantyum, y tengo que decir sinceramente, que no noté nada.

Hubo una pequeña disputa a causa de quien llevaba la escoba, que ya me había pedido yo por si las moscas, y no llegamos a las manos por un pelo, menos mal que María intervino, porque si no le pego un repaso al fulano que pa que.

Total que entre el disgusto y que no parábamos de subir para arriba, esta vez me tomé dos geles de una vez y si que me noté algo más ligero; la cosa parecía que funcionaba hasta que me pequé un leñazo en el dedo gordo contra un pedrusco que me hizo ver las estrellas; menos mal que tenía mogollon de sobres, de modo que me chupé otro enantyum y listos para la faena.

Estábamos ya aproximándonos al kilómetro tres y no parábamos de subir y subir, aquello no se acababa nunca, curva a izquierdas, luego a derechas hasta que llegamos al primer avituallamiento, pero mira tu por donde solo cervezas; ni orujo ni leches en vinagre, así que tocó régimen.

No os lo vais a creer, pero al poco rato comenzó a jalispear; ¡nieve a finales de marzo!, luego cayeron cuatro gotas y el resto una estupenda noche estrellada y buena temperatura; bueno, para mí no tanto, porque traía lo de las tres capas, y otras dos por si las moscas, que había leído en el foro que toda precaución es poca; el caso es que estaba sudando como un pollo listo para desplumar.

Como viera que no podía con la risa, esta vez me tomé dos geles y dos enantyum; por un lado notaba cierta energía, pero por otro los músculos como adormecidos. ¡Y no habíamos llegado a la mitad!.

No voy a contaros todo lo que sufrí, porque no merece la pena y lo único que voy a conseguir es que os riais de mí, de modo que me voy al final directamente. El Santi y otros cuatro o cinco me estaban esperando junto a una cruz de madera, para entonces yo ya iba ciego total, sin pilas en la frontal y cayéndome de la frente auténticas cascadas de sudor; ahora que lo recuerdo, como que me pareció escuchar un “jo tío, ya era hora”; el caso es que el jefe comentó algo de una bajada resbaladiza, y eché mano al petate pero desgraciadamente ya no me quedaban ni geles, ni barritas, ni nada, de modo que me tocó hacerla a pelo. El tortazo fue de campeonato; lo más curioso es que ni me dolió y para colmo en la bajada adelanté a tres o cuatro, con lo cual al final el resbalón, me vino de perlas.

Para la hora de la manduca, andaba yo un poco raro y no tenía ni gota de hambre, pero con el mogollón de cosas que había allí no era cuestión de hacerse el tiquismiquis, así que le eché mano a la tortilla, luego a las empanadas, al caldo, y ni me acuerdo cuantas cosas más hasta que llegó el postre y aunque ya estaba un poco lleno, no pude menos de probar varias veces la tarta y el famoso bizcocho de mazapán de Míriam, que el rata de Víctor no soltaba de la mano y que estaba para morirse.

Claro, ¡eché la pota!, menuda agonía. Al volver al salón, como que escuchaba las voces en diferido, hablaban de no se que media, de no se que comportamientos inapropiados, de fantasmas, caraduras, de diecisiete kilómetros, de pagar justos por pecadores y de no se que reglamento; el caso es que a esas alturas de la peli, yo no se si escuchaba o me lo imaginaba, pero por lo visto, solté de repente: “El reglamento está para cumplirlo ¡coño!, y eso es lo último que recuerdo.

En casa me dicen que tengo mala cara, que debería ir a urgencias; pero yo se muy bien lo que es; está claro que no tomé suficientes geles.



22 mar 2013

No es momento para olimpiadas ni casinos

Las Olimpiadas del ego

Qué importa, que la miseria, sea el pan de cada día, que a la gente la echen, primero de su trabajo, luego de su casa y luego les tilden de andrajosos y parásitos.

Qué importa, que los niños pasen hambre mientras nuestros políticos muestran a las cámaras su sonrisa más falsa, como si este solo hecho fuera suficiente para calmar los mercados; como si fuera una seña cómplice con los torturadores económicos que dominan los mercados mundiales.

Qué importa, que suban las tasas académicas, restringiendo la posibilidad de ver crecer un país o que se criminalicen las protestas ciudadanas que piden justicia.

Qué importa, la venta de armas a sabiendas de las heridas que van a ocasionar o qué haya niños, de muerte barata disparándolas.

Qué importa, que niños sin infancia trabajen de sol a sol, en las minas o haciendo zapatillas para las más prestigiosas casas comerciales si hay beneficio. 
 
Qué importa, si se erosionan deliberadamente las posibilidades de supervivencia de la población, al tiempo que aumentan los beneficios de personajes sin escrúpulos, que abonados al hurto legal, han llegado al convencimiento de que es inherente a sus cargos hacer grandes fortunas en tiempo récord.

Qué importa, despilfarrar en indemnizaciones, para pagar continuos errores de funcionarios llegados desde la política en vez de hacerlo habiendo aprobado una oposición. 
 
Qué importan, las indemnizaciones millonarias a altos cargos despedidos “discretamente” tras ser “pillados” y trasladados directamente a otro despacho, con similares características.

Qué importa, si los defensores agreden a los ofendidos y los que ofenden tienen el respaldo de las leyes.

Que importa, si se fomenta la obesidad, la ignorancia, el acceso a la enfermedad sin posibilidad de cura y hasta el desprestigio y descrédito nacional cuando conviene.

Qué importa, si potenciamos los nacionalismos, como si cada vecino tuviera que llevar la bandera de su barrio, como si le fuera la vida en ese trozo de tela.

Qué importa si los mercados se estabilizan y desestabilizan a capricho.

Qué importa, que los gobiernos se echan las culpas unos a otros, y se olviden del ciudadano. 
 
Solo un escaso margen de la población saldrá beneficiado con estas medidas dictatoriales que se empeñan en disfrazar de legales y generadoras de grandes beneficios; tal vez no llegue a superar el 7% de la población la parte realmente beneficiada, frente al 93% restante.

Pero qué importa, si formamos parte de ese 7% ¿verdad?.

19 mar 2013

ALTO SIL 2013

CARRERA “ALTO SIL” (LOLO'S MOUNTAINS) 

Se hacía esperar, este Lolo sabe como meter en ganas a los corredores y a un pueblo entero; y el hecho de que se agotasen las inscripciones para la carrera, en menos de una hora da fe de ello.

El meter dos modalidades en dos días seguidos, si bien arriesgado, ha sido una apuesta valiente y creo que se repetirá y con más participación para la vertical, que a muchos aún asusta un poco, pero viendo como los primeros de la carrera, también lo fueron de la vertical, seguro que para la próxima más de uno se apunta.

Si el año pasado las condiciones meteorológicas fueron duras (más para los que andábamos tiritando de frío por la campona, a la espera de los corredores), este año la organización ha sabido negociar un día espléndido para este tipo de competiciones; y si bien la temperatura se hacía notar en las zonas altas, lo suficiente como para no quedarse parado; dudo que ningún corredor sufriera, ni por las bajas temperaturas ni mucho menos por el sol reinante.

La nieve hacía presagiar un duelo interesante, una carrera dura tanto para los de cabeza como para los de cola, y tal vez ese temor logró lo que en una carrera en condiciones más favorables no hubiera logrado; es decir frenar lo suficiente el ritmo como para finalizar con garantías la prueba.

Muchos gallos por delante y mucho pundonor por detrás, junto con un sol que se ha hecho desear últimamente; hicieron las delicias de un público, que al fin y a la postre, es sin duda, una de las claves en este tipo de recorridos.

Ha destacar; la excelente labor de voluntarios y afición que año tras año aumenta en este pequeño y hermoso pueblo leonés; junto con la minuciosidad en el marcaje durante todo el recorrido; que sus buenos ratos les ha costado a los organizadores, que es tanto como decir a todos los pobladores de estos hermosos rincones bercianos que no se arrugan a la hora de echar una mano.

Excelente también la bajada desde el último avituallamiento, con tres tramos bien diferenciados; el primero de nieve desde la caseta, cuya dificultad estaba además de en el terreno, en algunos pequeños desniveles, con pequeñas raíces y losetas de piedra invisibles a los ojos; un segundo tramo, con el suficiente desnivel como para dejarse ir, y finalmente otro tramo ya casi hasta meta donde las fuerzas podrían decidir el punto de velocidad.

Hubo algunos comentarios al final sobre la conveniencia de terminar la prueba con una subida “matadora”; y desde luego por desniveles no hay problema, eso seguro; los visitantes disfrutarían viendo dar el “do de pecho” a los corredores en ese último tramo; pero otra cosa es para los que ponen las piernas y ahí alguno dudaba, pero eso era ayer, hoy ya estará pensando en meterle mano a esas cuestas y los colegas con los que va a tener que pelear en el 2014.

Si todo va normal, esta carrera dará que hablar en el futuro; porque lo tiene todo para convertirse en la mejor, sobre todo como preparación para otras que ya se aproximan en el calendario.

Los tiempos que corren, piden cambio de modelo, y tal vez algunos patrocinadores deberían de evaluar echar una mano en próximas ediciones; máxime, cuando muchos participantes deambulan durante todo el fin de semana por la zona; incluso algunos pernoctarían bien a gusto más tiempo; pero es que además hay otro añadido, estamos hablando de gente sana que se conforma con poco, siempre que ese poco se le ofrezca con educación y con cariño, como ha ocurrido en Palacios, Salentinos, Santa Cruz, y a buen seguro ocurriría también en otros pueblos próximos si fuera menester; la mano de obra ya la tienen, solo faltan más iniciativas como la “Alto Sil”.

Las fotos aquí:
 

12 mar 2013

UNA RACIÓN DE BASTONES DE MONTAÑA

No voy a descubrir las Américas hablando de bastones; cualquiera que busque encontrará ríos de tinta sobre el tema; no obstante, venía a cuento por diversos motivos, y aquí lo dejo.

BASTONES DE MONTAÑA


Lejos les quedan ya a los que corren por las montañas, aquellos palos de madera que utilizaban entre otros los peregrinos en sus desplazamientos, de los bastones actuales que se pueden ver en este tipo de carreras; salvo la definición tradicional de bastón: (Vara o palo que sirve de apoyo al caminar).
 
Los bastones, no son apéndices de nuestro cuerpo, no nos proporcionan cuatro patas, ni tan siquiera son terceras piernas, simplemente son ayudas. 
 
No son muletas, ni pértigas, pero facilitan enormemente el tránsito. Por eso, el contacto con el suelo, debe ser delicado, lo justo para que nos ayuden a descargar en lo posible el trabajo del tren inferior, darnos un breve apoyo y caminar o correr más equilibrados.
Tal vez los bastones les resulten más familiares a aquellos que llevan años haciendo senderismo; aunque aparte de la tradición, también es cierto que algunas personas los llevaban más como elemento disuasorio que como apoyo. Lo que no cabe duda es que ese menor desgaste del que hablamos, no solo nos sirve para terminar una ultra, sino para continuar corriendo algunos años más; lo que no deja de tener su importancia.
La lógica nos invita a probarlos en los entrenamientos, de ese modo, la experiencia nos dictará, las zonas adecuadas para usarlos, así como las alturas adecuadas a cada uno; al final nos encontraremos con que no a todos les gusta usarlos en el mismo sitio, pero es ley de vida, y tampoco es tan malo que cada uno tengamos nuestras manías; pues gracias a eso entre otras cosas nos distinguimos unos de otros.
Su transporte no requiere de por sí de ningún tipo de estrategia y la forma más económica aparte de en la mochila; sería sujetarlos un poco por debajo de la empuñadura como si tuviéramos un cuchillo de cocina en la mano; el inconveniente, es que en competición sobre todo; provocaríamos no pocos incidentes con los compañeros.
Se habla de diferentes pruebas donde se recomienda el uso de bastones: largas distancias y zonas verticales fundamentalmente; y sin embargo no hay porqué restringir su uso dentro de esos ámbitos, hay atletas que les sacan partido cuando caminan por terreno llano, y podemos suponer fundamentalmente en el plano teórico, que lo mismo podría ocurrir al trote.
Al igual que con el sillín de la bicicleta, a veces regulamos mal los bastones, pero nos habituamos y luego nos resulta extraño corregir esa distancia.
Argumentos a favor:
  • Un mayor reparto de las cargas.
  • Pueden mejorar el equilibrio.
  • Pueden mejorar el ritmo
  • Previenen lesiones por desgaste a corto, medio y largo plazo.
  • Trabajo más equilibrado y coordinado entre diferentes grupos musculares.
  • Nos permite Ir más erguidos, consiguiendo un mayor aporte de oxígeno.
  • Como posible ayuda extra en cualquier terreno y circunstancia.
  • Estudios franceses y americanos ensalzan sus virtudes.
Argumentos en contra:
  • Pueden romperse y causarnos una caída inesperada.
  • Nos pueden estorbar en algunas zonas técnicas.
  • Son una preocupación más.
  • Tenemos que soportar un peso a mayores.
Hoy día tenemos multitud de bastones con diferentes pesos, tramos, estructuras y materiales, pero básica mente las partes del bastón son las siguientes:
Empuñadura: A destacar la influencia de los diferentes materiales y agarre.
Dragonera: Nos permite descargar una pequeña parte del trabajo en la muñeca, al tiempo que un tropiezo evitará que se nos caigan.
Roseta: Más o menos ancha. (evita una excesiva penetración en el terreno)
Punta: La que toma contacto con el suelo.

Consejos básicos para su uso:

Un medio conocido de sujeción, consiste en introducir la mano en la dragonera, sujetar el bastón en el aire y luego bajar suavemente, hasta que este apoye en el suelo, y casi de modo automático podremos asir la empuñadura. 
 
Respecto a la dragonera, no hay que olvidar que cuando el terreno es muy técnico, conviene valorar su uso, ante una posible caída en la que las manos no estarían libres.
En las subidas será conveniente acortar un poco los bastones, mientras que en las bajadas la lógica nos invita a alargarlos.
Mientras encontramos la altura adecuada para nuestras condiciones, podemos comenzar utilizando un pequeño truco: “relajaremos los hombros y mediremos la altura desde el codo hasta el suelo”, la altura que nos de más aproximadamente cinco centímetros, es la que podemos aplicar al bastón.
La altura del bastón debería de ser tal que cuando el mismo pase por la vertical del cuerpo, no empuje el hombro hacia arriba ni este tenga que descender hacia abajo. No podemos obviar, que entre más largos, el apoyo se efectuará más alejado de nuestro cuerpo y entre más cortos más cerca. El inconveniente cuando se alargan mucho es que se dominan peor, por tanto sería conveniente alejarlos un poco de la línea de carrera para evitar tropezar con ellos. No obstante como norma general, hay que procurar no colocarlos frente a nosotros, sino siempre en los laterales, entre más largos, más lejos de la línea del brazo.

Existen cuatro tipos de apoyo de tracción y prácticamente uno solo de freno.

Apoyo corto, que se utiliza en marcha y en cuestas importantes, siempre va por detrás de la cadera y directamente inclinado en sentido contrario a la marcha (un apoyo con cada pierna).

Apoyo doble; se utiliza también a menudo en cuestas importantes para poder hacer mayor fuerza; aquí los pasos dependerán mucho de las cualidades del corredor.

Apoyo mediano, se utiliza cuando comenzamos a correr, aquí la posición del bastón se adelanta a la cadera a la espera de un apoyo que en este caso ya sería más largo.

Apoyo largo, se utiliza a ritmos altos de modo que a veces se dan cinco o más pasos hasta que este toque por fin el suelo, aquí el bastón avanza muchísimo más por delante de la cadera a la espera de caer cuando coincida con la pierna correspondiente; y evidentemente dependerá de cada corredor aparte de su morfología.

El apoyo de freno, se utiliza preferentemente en bajadas y nos sirve para mermar en lo posible la velocidad al tiempo que nos proporciona un pequeño equilibrio dependiendo en que situaciones nos encontremos. En bajadas técnicas, ya hemos dicho que la cosa se complica mucho y de no estar bien preparado sería preferible no utilizarlos; ya que podrían ser no solo un freno, sino causantes de una caída.


Cada cual deberá buscar, el tipo de bastón, así como la técnica más adecuada en cuanto apoyo, distancia y tracción que le permitan obtener el mayor rendimiento del mismo; y para ello, nada mejor que experimentar.

4 mar 2013

La Virgen del Camino, Copa Diputación 2013

Hacía tiempo que no veía tanta gente machacando el cuerpo por el asfalto de León; parece que esto va en serio y va a más, de modo que bienvenidos y a disfrutar que para eso son nuestras las calles.

Las fotos las podeis ver aquí: